“LA EDUCACIÓN ESTÁ PIDIENDO UN CAMBIO DE
PARADIGMA”
Por
Silvia Gelices
Como director del Máster en Educación
Emocional y Bienestar, Máster en Inteligencia Emocional en las Organizaciones
de la Universitat de Barcelona y fundador del Grup de Recerca en Orientació
Psicopedagògica, Rafael Bisquerra participará este fin de semana en el primer
congreso Niños del Tercer Milenio, en Barcelona, donde expondrá su línea de
investigación en educación emocional. Asimismo, como vicepresidente de la Fundació
per l’Educació Emocional está en negociación con el Ayuntamiento de Terrassa en
el proyecto de un “gimnasio emocional”.
¿Un
gimnasio para entrenarnos en las emociones?
Exactamente. Es un
concepto y un proyecto novedoso y puntero que estamos negociando con el
Ayuntamiento. Se trataría de entrenarnos no sólo físicamente sino también en la
gestión de las emociones. Y de inteligencia emocional, entre otros conceptos,
tratará el congreso Niños del Tercer Milenio en el que participa. Es un
movimiento iniciado por la antropóloga Noemi Paymal que se basa en un nuevo
enfoque de la educación.
¿El paradigma educacional del tercer milenio?
El tradicional se centra en
la adquisición de conocimientos de las áreas académicas ordinarias clasificadas
en ciencias y letras. El nuevo paradigma se basa en la adquisición no sólo de
conocimientos, sino también de competencias básicas para la vida, donde se
repiensa la educación y el sentido de la existencia. Lo que está claro es que
en el tercer milenio no se puede hacer clase como se hacía en el XIX.
¿Y qué propone?
Vivir y convivir en paz
y democracia en un mundo caracterizado por la diversidad desde el conflicto.
Por eso tenemos que aprender a solucionar conflictos de forma positiva.
Propongo aprender a configurarse un plan de vida que incluya aspectos
profesionales, sociales, familiares, personales, emocionales…
¿Que incluya un desarrollo integral?
Eso es, a nivel físico,
psíquico, emocional y espiritual donde lo importante sea tomar conciencia para
aspirar a un bienestar social y personal.
¿Se
pueden ver ya los frutos de este nuevo enfoque de la educación?
El nuevo paradigma
todavía está en el papel y no en la práctica de una manera generalizada. Hay
una cierta inercia por parte de algún sector del profesorado que le es más
cómodo seguir con el paradigma clásico, o sea, enseñar sólo contenidos, pero
también se encuentran los que se desmarcan y ya se están formando y procediendo
a un cambio de actitud convencidos de que la educación necesita un cambio
profundo.
¿Existen datos que evalúen la incidencia de la educación
emocional?
Se ha constatado los efectos
positivos en el profesorado, alumnado y familia por la disminución de
conflictividad en las aulas y la capacidad para solucionar conflictos, para
crear climas positivos y motivar en el aprendizaje.
Entrevista publicada en Diari de Terrassa el 9 de abril de
2010